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viernes, 5 de agosto de 2016

El 'diluvio universal' que alumbró la primera civilización china fue real


La dinastía Xia puso los cimientos de la civilización china hace más de 4.200 años. Al menos, eso cuenta la tradición. Porque el baile de fechas y lugares donde se asentó esta comunidad alcanza tal magnitud que incluso se ha llegado a dudar de su propia existencia. Decidido a poner orden en sus recuerdos, el Gobierno chino puso en marcha en 1996 el Xia-Shang-Zhou Chronology Project, un programa de investigación para datar la existencia de sus tres primeras dinastías -Xia, Shang y Zhou-. Los datos disponibles sitúan esta primera entre los años 2070 y 1600 antes de Cristo. Pero, ¿hasta dónde hunde sus raíces la historia china? 

Según la leyenda, la Gran Inundación del río Amarillo en China tuvo efectos devastadores sobre la población y marcó el establecimiento de la dinastía Xia. El emperador Yu habría ganado notoriedad y poder después de encauzar las aguas con acierto para permitir el desarrollo de una agricultura que después impulsó el florecimiento de la civilización china. Ahora un estudio que publica la revista Science aporta pruebas geológicas y arqueológicas de ese suceso y revela que ocurrió hasta tres siglos después de lo que se pensaba: en torno al año 1920 antes de Cristo, en plena transición entre el fin del período Neolítico y el comienzo de la Edad de Bronce en esa zona de Asia. 

¿Mito? ¿Realidad? ¿Propaganda para justificar el poder del gobierno imperial? Resolver este enigma se antojaba difícil porque no se había podido demostrar que aquello realmente sucedió. "La historia de la Gran Inundación de Yu es la historia oral de un desastre real, transmitida a lo largo de un milenio antes de ser escrita por primera vez", afirma David R. Montgomery, de la Universidad de Washington (Estados Unidos), en un comentario sobre este artículo.

La reconstrucción de los hechos
El equipo de Wu Qinglong, profesor del departamento de geografía de la Universidad Nanjing Normal (China) y autor principal del trabajo, asegura que un corrimiento de tierras creó una presa natural en el río Amarillo. El agua se fue acumulando entre seis y nueve meses hasta formar un lago de 200 metros de profundidad que terminó por desembalsar su contenido al borde de la meseta del Tíbet tras la rotura del dique. Para llegar a esta conclusión, los investigadores reconstruyeron lo sucedido paso a paso después de analizar diferentes muestras de sedimentos. "Una vez identificados y conocida su localización a ambos lados del valle, fuimos capaces de descubrir las dimensiones y la forma de la inundación", afirmó en una teleconferencia para la prensa Darryl E. Granger, geólogo de la Universidad Purdue (Estados Unidos) y coautor del trabajo. 

Así se sabe que, tras estallar la presa, el nivel de las aguas se situó 38 metros sobre lo que hoy es el río Amarillo y que su caudal llegó a alcanzar los 500.000 metros cúbicos por segundo. "Es una de las inundaciones conocidas más grandes que han ocurrido en la Tierra en los últimos 10.000 años. Y más de 500 veces superior de lo que cabría esperar en ese mismo lugar como consecuencia de una lluvia torrencial", explicó Granger.

Poner fecha a los acontecimientos resultó especialmente difícil. "Es más complicado que en otros lugares porque una inundación catastrófica destruye todo a su paso y mezcla sedimentos y árboles de diferentes edades; puede, incluso, mezclar depósitos más antiguos", apuntó Granger. Todo un rompecabezas arqueológico al que consiguieron dar solución gracias a los esqueletos de varios de los niños que fallecieron en el terremoto que taponó el río. "Dado que los niños crecen muy rápido, sus huesos nos dan una medida precisa y fiable del momento de su muerte", dijo Granger. Ellos sitúan la inundación en el 1922 a.C., 28 años arriba o abajo. 

Las grandes inundaciones en la historia
La inundación descrita en el artículo de Science comparte las características principales de la Gran Inundación descrita en los textos antiguos. "La inundación pudo haber causado fisuras sociales durante años. Si ese fue el caso, pudo haber sido el origen de la leyenda de la Gran Inundación, que marca el inicio de la Edad de Bronce en China", contó David Cohen, arqueólogo de la Universidad Nacional de Taiwan y otro de los autores, en esa misma teleconferencia. Eso ayudaría a resolver las contradicciones sobre el origen de la dinastía Xia, a las que hasta el momento han tenido que hacer frente los historiadores chinos. Se especula con la posibilidad de que un desastre natural extremo como éste obligara a conectar a los grupos asilados de personas que vivían a lo largo del río Amarillo.

"Los intentos de explicar la historia bíblica de la inundación de Noé no sólo dio forma al desarrollo de la geología sino que después impulsó descubrimientos que refutaban la idea inspirada en la Biblia de que una inundación global colocó las rocas de origen sedimentario en primer lugar", indica Montgomery en su artículo, que cita otros ejemplos de historias tradicionales con el agua como violento protagonista en lugares tan diversos como Indonesia o Escandinavia -en el primer caso las inundaciones hacen referencia a tsunamis; en el segundo, están originadas por el deshielo de un glaciar-. Las grandes inundaciones ocupan un lugar de primer orden en las historias más antiguas a lo largo del mundo. La del emperador Yu es una más, pero ahora se sabe que hunde sus raíces en un suceso real. Más que nunca, asomarse a las historias tradicionales es asomarse al pasado.

(FUENTE: elmundo.es)

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