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lunes, 16 de agosto de 2010

El rojo y el amarillo en la arquitectura del budismo tibetano



Los residentes del Tíbet raramente pintan sus casas de color amarillo o rojo. Sólo los templos y residencias budistas tienen derecho a “exteriores amarillos”, y las residencias comunes y country cabañas están pintadas de blanco.

La historia de la casa amarilla
Los residentes del Tíbet raramente pintan sus casas de color amarillo o rojo. Sólo los templos y residencias budistas tienen derecho a “exteriores amarillos”, y las residencias comunes y country cabañas están pintadas de blanco.

En una noche estrellada, hace 300 años, Tsangyang Gyatso, el VI Dalai Lama estaba merodeando por las calles de Lhasa como de costumbres, cuando se topó con Makye Ame y se enamoró a primera vista.
Tsangyang le escribió preciosos poemas a la mujer y quedaban en una “casa amarilla”. Varias centenas de años más tarde, sólo los poemas y el lugar donde se conocieron quedaban en pie. La gente los pintó de amarillo porque era símbolo de la presencia de Tsangyang. La única casa de colores se encontraba aislada en la calle Bakuo, y atraía la atención de turistas.

El color normal de las residencias tibetanas es el blanco con ribete negro, y cada color rinde culto a una hada. El blanco como culto al hada de Bainian, para celebrar lo sagrado y nobleza. En la vida entre montañas nevadas de los tibetanos, los tibetanos beben leche blanca, rinde culto a los khatags blancos y viven en casas blancas. El blanco es además un color muy práctico, ya que es resistente a la radiación ultra-violeta de la meseta. El negro se utiliza para rendir culto al hada de Heinian. Los residentes del Tíbet usan el negro audazmente en paredes, puertas, ventanas e incluso muros exteriores de los patios.

El amarillo y el rojo raras veces se dan en las residencias comunes tibetanas, aunque se suelen dar mucho en las ropas de los monjes. La casa amarilla de la calle Bakuo debe su color a Tsangyang Gyatso.

Pero, ¿por qué el amarillo es tan especial en el Tíbet? ¿Qué papel juega en el Budismo Tibetano? , descubramos los secretos del rojo y el amarillo.

El lenguaje del rojo
Al combinar amarillo con rojo, el gozo de vivir es expresado de manera silenciosa. En Occidente, Van Gogh dio una muestra de su pensamiento positivo en su máxima manifestación en los “Girasoles”. En Oriente, el Budismo Tibetano combina los dos colores a la perfección. Los dos colores son deificados, de la misma manera que la expresión facial de Buda.

Según los archivos históricos, a los tibetanos les gusta el rojo por dos razones: algunos dicen que el origen étnico tibetano deriva de grupos nómadas. En algunas de las regiones pastorales más remotas, todavía se puede escuchar a la gente preguntar “¿Hay algo rojo?” En este caso, “rojo” significa ternera y oveja. Con el paso del tiempo, las comunidades pastorales construyeron casa y cultivaron las tierras, y el rojo se volvió uno de sus colores favoritos.

El segundo motivo está directamente relacionado con la religión. Según la religión primitiva llamada “Bon”, el universo se divide en tres mundos, el que pertenece a los Dioses, el de los humanos y el de los fantasmas. Para protegerse de los fantasmas, la gente se pintaba la cara de rojo. Con el paso del tiempo y la transformación de las creencias de la gente. La pintura se usaba en los edificios en lugar de en sus caras. El uso del rojo se destinaba exclusivamente a templos, pabellones y paredes importantes.

Hoy en día uno puede todavía ver la importancia del rojo en la arquitectura religiosa tibetana. El Palacio de Potala dispone de un palacio rojo y uno blanco. El Dalai Lama allí reside, y trata los asuntos religiosos y políticos en el palacio blanco. El palacio rojo es donde la gente venera al Dalai tardío. Como centro del Palacio de Potala, el palacio rojo es el alma del complejo arquitectónico.

Rojo y amarillo, el misterio de la arquitectura Budista del Tíbet
El rojo es el símbolo del coraje. Hoy en día, la gente pinta de rojo las paredes de los templos por deferencia a sus antepasados que pintaban de rojo las tumbas.

El rojo es el color de la sangre. La antigua religión Bon en el Tíbet conllevaba la matanza de miles de animales para adorar una deidad. El Budismo Tibetano es un reflejo de esta tradición, y por eso pinta todas las infraestructuras religiosas de rojo.

El rojo es el símbolo del coraje. Se dice que la tumba pintada de rojo del Monte Qiongjiezong es la tumba de la Princesa Wencheng.

Existen además edificios tibetanos pintados de amarillo, entre ellos templos y salas de lectura. La más temprana infraestructura amarilla de la que se tiene constancia es el “Pabellón Dorado Buzi”. A partir de estos ejemplos podemos ver que el amarillo es importante para el Budismo.

Los edificios más importantes están en su mayoría pintados de amarillo, como el salón donde el pueblo celebra el aniversario del Dalai Lama. Los pabellones y salones más importantes de los templos están siempre pintados de amarillo, como el salón principal del templo de Qiangba o Minzhulin. La casa de la calle Bakuo está pintada de amarillo en conmemoración a Tsangyang Gyatso.

Color sagrado del vestuario de los monjes
Según los registros históricos, incluso un remiendo de la vestimenta de una persona común provoca que la gente le salude. Esto indica que el amarillo era un color exclusivo para los monjes. Así,los monjes llevaban vestimentas amarillas para distinguirse de los “Zan” y “Zanpu”, funcionarios del gobierno que portaban uniformes rojos.

Una historia antigua cuenta cómo el amarillo se volvió el color sagrado para el Budismo. Cuando el Príncipe Sakyamuni, fundador del Budismo, dejó el trono para vivir una vida simple y austera, llevaba las ropas blancas que se usan para envolver a los cadáveres. Dichas telas estaban curtidas por el sol y humedecidas por la lluvia y, por tanto, se volvieron color trigo.

El amarillo fue lentamente reemplazado por el rojo porque las etnicidades tibetanas incrementaron sus intercambios con los Han. Para diferenciarlo del amarillo que usaba la familia real, cambió a colores más oscuros. El rojo oscuro es una mezcla de rojo y negro.

Hoy en día los monjes budistas tibetanos suelen llevar vestiduras rojas. El amarillo es poco llevado. Las vestiduras rojo oscuro se ven a menudo en el Tíbet ya que es el color especial del Budismo Tibetano.
Muchos dicen que los colores son usados para distinguir a las sectas del Budismo, pero eso no es cierto, ya que los mojes budistas tibetanos llevan vestiduras de monjes rojas y solamente los hombres que llevan el hábito pueden llevar togas amarillas.

(FUENTE: spanish.china.org.cn)

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